Oh,
mi amado Dios
esta
noche estoy agradecido por mi vida
por
encima de todas las cosas.
Todo
lo demás es ilusión.
Esta
vida, la sangre
que
corre por mis venas,
eres
Tú, mi Espíritu Santo,
y
todo lo demás es ilusión.
Esta
noche celebro lo que soy
como
Dios manifiesto.
Mi
amado Padre,
mi
amada Madre,
durante
estos días
sácame
de mi remolino
y
colócame
sobre
el suelo de tu ser.
Que
así sea.
Por
la vida.
Vamos a
hablar sobre el cielo. El cielo, el Plano Sublime, el plano de la dicha
suprema.
Y empezaremos esta enseñanza haciendo que comprendas un aspecto
esencial de ti mismo. En esta vida querías el sendero espiritual. Lo querías.
Estás aquí porque yo soñé este tiempo y todos vosotros —incluso los que no
estáis aquí, los que estáis reunidos en otros lugares, un punto de reunión, un tiempo de madurez, al que se le dieron eones para consumar la
experiencia humana— pero aparte de eso, también tenías que estar listo. Es
importante que todos comprendáis este punto, porque ese es el trampolín para
entender el resto de esta enseñanza, así como esta escuela y vuestro camino en
ella. Toda decisión parte de ti. Así que la razón fundamental por la que estás
aquí es que yo proporcioné el eje y tú viniste, pero tenías que estar listo
para venir.
De modo
que lo que quiero que captes es el hecho de que todos los que están en este
auditorio escogieron evolucionar espiritualmente en esta vida.
Ahora, es
importante que lo comprendas porque te da el poder para entender el significado
de esta vida y quizás su camino y el hecho de que el verdadero destino de la
vida, en especial de ésta, no es lo que logres, sino llegar a ser. Eso es lo
importante en esta vida.
Ahora,
ninguno de vosotros debe decir nunca que está aquí en contra de su voluntad,
porque no es así.
Todos están poniendo en acción el conocimiento y sus
prácticas con toda libertad porque así lo eligieron.
...........................................
Teniendo
en cuenta esto, entonces, quiero que todos y cada uno de vosotros comprendáis
que en algún lugar escogisteis estar aquí, elegisteis dedicar una vida, una
vida humana, una encarnación humana, exclusivamente al desarrollo del Yo
espiritual, y esa es la razón por la que estáis aquí.
..........................................
Ahora,
si podemos aceptar un estado de madurez espiritual y humana y admitimos esto
como una verdad, entonces dicha verdad nos capacita, nos da poder.
Cuando no lo
admitimos y seguimos preguntándonos por qué estamos aquí, no estamos
adquiriendo poder de lo que aprendemos.
Y lo que primero nos da poder es
reconocer que hay un Yo que es divino y que puede ser dotado de poder.
Por eso
es importante que una entidad siempre reconozca sus actos como suyos propios,
porque se trata de definir al Yo y de darle poder.
Extracto del Capitulo 1 del Libro El Plano Sublime
No hay comentarios:
Publicar un comentario