jueves, 10 de noviembre de 2011

El recinto sagrado de la risa y el gozo


En esta escuela tienes que aprender a vivir en el mo­mento.
Saludos, mi amados maestros. Os saludo desde el Señor Dios de mi ser al Señor Dios de vuestro ser, y os bendigo por estar aquí. Que así sea.
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Vamos, acércate más. La actitud lo es todo. Esta es tu oportunidad.
Por la vida eterna,
una vida nueva
de felicidad y claridad,
carente de pasado.
Por el maestro interior
y el Observador.
Estoy seguro
de que todos mis sueños
se manifiestan inmediatamente,
sin ninguna objeción.
¿No sabes que Dios es el ser más feliz? .....
Eres muy hermoso para mí. ¿No te parece que estás creciendo más que nunca? Bien, lo estás haciendo.
Por la vida eterna.
Nunca jamás volverás a olvidar.
Y se acabó
para siempre
el vivir como una víctima.
 
El manifiesto de un maestro
Voy a decir lo siguiente y quiero que lo repitas como el Observador:
Yo soy Dios,
Señor Dios de mi ser.
Tengo dominio sobre mi vida.
De aquí en adelante
rechazo lo siguiente:
no permitiré ni aceptaré
los mensajeros,
las manifestaciones de mi pasado.
Rechazo mi victimismo y no lo observaré ni ensalzaré
permitiendo que mi vida sea inferior a Dios.
Y yo, el Señor Dios de mi ser, rechazo la carencia
en todas sus formas, su conexión con mi tiranía,
con mi victimismo, pues no aceptaré la carencia
y siempre tendré todo lo que deseo.
Como el Señor Dios de mi ser, yo rechazo absolutamente
los padecimientos y la enfermedad, ya que soy un Dios feliz
cuya risa es como un trueno. Y ningún día de  mi vida se verá perturbado
ni mancillado por la enfermedad, pues yo, el Señor Dios de mi ser,
rechazo en este momento aquello que se llama
el envejecimiento y la muerte. Soy un ser eterno
que nunca ha conocido la muerte, por lo tanto,
ordeno a la ley de la vida eterna que vive dentro de mi
que habite en mi cuerpo eternamente.
Como el Señor Dios de mi ser, el Señor de mi genética,
La voz de mi ADN, yo decreto un cuerpo joven, yo ordeno energía vital,
que todos los días de mi vida eterna yo viva en la juventud de mi existencia.
Desde el Señor Dios de mi ser, yo rechazo en este día
cualquier cosa que sea inferior a lo que yo decreto.
Tampoco aceptaré los mensajeros de mi personalidad, y lo único que vendrá hacia mí,
 son las leyes
que he ordenado esta noche.
Digo esto
desde el Señor Dios de mi ser.
Por la vida.
Que así sea.

Extracto de La Batalla de Gandalf en el Puente -  Ramtha

Publicado por Despertando Conciencias Producciones el marzo 14, 2011 en 3:26 PM

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