miércoles, 7 de diciembre de 2011

el épico viaje del hombre


"Pero algo que estoy descubriendo es que
 no existe tal cosa como un accidente".

El truco de la luz
LA OPCION
"Su anuncio en las Páginas Amarillas dice
que Usted puede encontrar a cualquiera".
Ella hizo una pausa, fumó otra vez,
exhaló y dijo lentamente:
 "Quiero que encuentre a Dios".

El truco de la luz
                                                                                                        
EL ÉPICO VIAJE DEL HOMBRE
De modo que queréis dinero.
Una vez le pregunté a un grupo de gente reunida en un salón qué querían. Y todos dijeron: "Ser Dios y ser ricos".
Entonces vamos al grano. Queréis dinero; yo lo llamo oro, pero debemos aclarar este punto ahora mismo. Vuestro gobierno ya no llama oro al dinero, no desde que la Decimosexta Enmienda a vuestra Constitución permitió la implementación de los impuestos y los banqueros internacionales dieron vida a la Reserva Federal.

Apuesto a que pensáis que porque dice
"Federal" es propiedad de vuestro gobierno.

Bueno, no lo es. La Reserva Federal es propiedad de un grupo de personas que, durante miles de años, han creado la guerra para obtener poder por medio de dogmas religiosos. Son los mismos que ya no usan el oro para patrocinar vuestros dólares, porque vuestro país no posee oro suficiente para respaldar el papel. Y son estos individuos soberanos los que controlan vuestros gobiernos en todo el mundo. Ellos deciden cuántoo vale vuestro papel. No sois vosotros los que producís la inflación o la deflación; vosotros no hacéis que las acciones suban o bajen. Eso lo hacen los que controlan el mundo por medio del dinero.

De modo que yo prefiero el oro por encima de todos vuestros
dólares, porque, en un abrir y cerrar de ojos, vuestro papel puede ser inservible. Y el oro, que es un metal tierno, brillante y maravilloso, cuya belleza y rareza han adornado a reyes, nobles, a los ricos y, a veces aun a los pobres, siempre ha conservado su valor.
El oro es un metal sensible; se regala por amor y afecto porque es suave. El metal suave absorbe las frecuencias emocionales que están por fuera del cuerpo físico. Vuestro oro ha conservado su valor emocional por siempre. Poneos el pectoral de un rey y en contados momentos sentiréis la gloria, porque su emoción, su gloria, su actitud de superioridad al usarlo, están todas encerradas en el metal.

Si veis la máscara de un desaparecido faraón, mirad profundamente a los ojos negros y apagados y a la nariz finamente marcada y veréis la tragedia, conoceréis la majestuosidad, porque la cara grabada en oro emana la totalidad del ser que la llevaba puesta.

Entonces, ¿el oro ha conservado su valor por tanto tiempo sólo porque es brillante, amarillo y bello? No. El oro es un metal imparcial; no establece el odio, ni el anhelo de poder, ni el amor, ni la pasión, ni la traición. El simplemente almacena la emoción. En otras palabras, el oro es el alma de todos los otros metales.
Más bien que dar credibilidad a esta engañosa ilusión de vuestro papel moneda, me referiré a vuestra búsqueda de la independencia financiera desde el punto de vista del oro. Porque cuando tenéis oro en vuestras manos, os volvéis inmortales con esa energía.

A propósito, el oro más grandioso que podáis obtener ha sido derretido y bloqueado, y nadie lo posee. Es así como se le puede transmitir poder y reacción emocional al metal.

Pero regresemos a vuestro gobierno un instante, pues en lo que respecta a estos asuntos, os halláis en una posición muy precaria.
Habéis estado en una ignorancia flagrante en cuanto al origen de vuestro dinero.

¿Se os ha ocurrido alguna vez que vuestro dólar
 podría perder su valor, sin importar cuánto
tengáis en la caja fuerte?
¿Se os viene a la mente que hay gente
 en altas posiciones que controla
 el poder del mundo?

Sois falibles porque habéis estado en necesidad e ignorancia. Podéis acumular enormes cantidades de papel en un banco, pero si el papel carece de valor, ¿qué vais a comer? ¿El papel?

Le habéis cerrado las puertas a vuestro entendimiento respecto de otras posibilidades. Si dinero es todo lo que queréis, entonces vais a morir infelices; os lo aseguro. Porque el dinero no valdrá nada cuando el espíritu llame al alma para que salga del cuerpo y paséis de este tiempo Y espacio, de este mundo controlado por ecuaciones matemáticas. ¡El oro no servirá de nada!

Pero ahí es donde ha estado vuestro corazón; sois muy santos hasta cuando el dinero entra en
juego. Los picaros que os han gobernado como una nación y que os han esclavizado por medio de creencias han dicho que nacéis en pecado desde la cuna. Bueno, no es así. Solamente necesitáis. Nacéis divinos. El legado más grande que yo os dejaré para toda la eternidad no ha cambiado. Ya sea que coloque las consonantes en el lugar correcto o no, o si coloco los verbos al principio de la frase y los sustantivos al final, el mensaje está claro.
Vosotros y el Padre sois uno. Y la vida que lleváis, que respiráis, que impregnáis con vuestra existencia, es SU amor llamado gracia. El reino de los cielos está dentro de vosotros. No está en vuestros castillos, ni en vuestro dinero, ni en vuestra ignorancia. Está dentro de vosotros.
Y me decís: "Eso no es nada nuevo".

Claro, no es nuevo para vosotros. Pero sólo unos cuantos preciosos entre vosotros lo han vivido. Escuchad: Es nuevo cuando lo aceptéis internamente y vuestra voluble mente se abra y permita que el poder interno actúe. Ese es mi gran legado que va más allá de vuestras cuentas bancarias y va más allá de todo lo que deseéis tener en los bancos. Cuando busquéis aceptar el reino interior impecablemente y por encima de todo lo demás, y cuando viváis esa verdad en medio del fuego, entonces todo lo demás estará a la vista.

Aquí es cuando decís: "Pero todavía necesito ayuda; no creo que Pueda hacerlo solo".
Sé que muchos sois tullidos, siempre lo habéis sido. Sois los que no tienen Dios que habéis estado muertos porque nunca habéis vivido.

Sois
los que no tienen Dios porque nunca habéis conocido al Dios interior, y nunca habéis vivido pues realmente no vivís si no conocéis al Dios interior.

Para sobrevivir simplemente habéis estado revolcándoos dentro de vuestra ignorancia. Habéis estado tratando de sacar la cabeza por encima del temor, las amenazas y la intimidación. Habéis estado bregando a salir de vuestros aprietos a como dé lugar, pero de ese modo nunca podréis salir de ellos, porque verdaderamente nunca habéis vivido. Cuando estáis sin Dios, vuestros únicos medios de supervivencia son el arañazo, la mordida, la camorra, el picotazo, el desprecio, la envidia y la destrucción maliciosa de todo lo que refleja vuestra carencia.

El hombre rico vive en una torre con paredes forradas en oro, tapetes persas y cubiertos de oro. Sus cuartos huelen a lavanda, agua de rosa. De su fuente fluyen fragancia y jazmín, mientras cena con faisán, pescado, higos, frutas y toda clase de cosas maravillosas. Pero se sienta allá y todavía no es feliz.

Y luego tenemos al hombre que no posee ninguna de estas cosas. Pan rancio, agua y confituras son un manjar para él en ocasiones especiales. Sobre su espalda lleva ropa áspera y a duras penas tiene una cama para dormir, pero, no obstante, allí hay gozo. Y cuando pasa por el palacio, no desprecia ni envidia al rico, sino que lo ama como a un semejante. Y sus días no son una horrible experiencia de supervivencia, sino más bien una oportunidad para ser un rayo de luz, para aceptar, ejecutar, amar, ser libre y estar vivo.

Yo puedo cambiar los papeles y hacer que el hombre pobre sea envidioso, despreciable, un chismoso malicioso. Puedo hacer que el hombre rico despierte en alegría, pero sería en virtud de la emoción que está vivo. Estar con vida y encontrar gozo no son el resultado de lo que uno posee en el sentido material.
El legado que yo os he enseñado durante los últimos diez años no ha cambiado, porque representa el cenit de una vida que pasa de un réquiem de sueño hacia un gran entendimiento.

Cuando sois dueños de lo que
está dentro de vosotros,
 lo que está afuera ya no importa.

Cuando analizo lo que perseguís, el logro de una independencia financiera, veo que sois valientes, intrépidos y admirables. ¿Por qué digo eso? Porque los demás os han censurado por desear el oro y de algún modo han intentado acomodar esa censura dentro de lo que ellos llaman el plan de Dios.
Esta controversia acerca del oro y Dios es la misma ignorancia que no os ha permitido aceptar vuestra herencia. ¿Está Dios libre de la maldad del hombre y del peligro que representa el dinero?
Todo es Dios. ¿Cómo podéis decir que el oro no existe? ¿Cómo podéis decir que no es un sinónimo de la vida? El oro es únicamente el conducto de la emoción. Y es el intercambio de esa energía emocional la inversión que os permite seguir adelante.
¡Despertad! Los que manejan el mundo, lo manejan por medio del dinero, porque éste es poder. Un hombre acaudalado es poderoso, y desea riqueza porque le proporciona poder. Poder es lo que él busca y la religión ha sido el peón en el tablero. Y las iglesias son parte de las entidades más ricas del mundo.
Todas las guerras se han peleado por una creencia religiosa. ¿Cuál Dios va a ganar?
Las gentes a las que llamáis irlandeses se llamaban antiguos escandinavos en mis días. Eso fue cuando el sol penetró y llegaron las heladas. Los irlandeses masacran seres humanos y lo justifican con el pretexto de que es una guerra santa. Pero es el poder que camina detrás de la creencia religiosa lo que ha consumado el montaje con el fin de deteriorar el sistema y así ganar control.

Si comprendéis el lado oscuro del oro, entonces podéis entender la luz que saca a relucir las sombras. El oro, el poder y la religión han constituido una inicua combinación a través de vuestra historia, porque toda creencia religiosa está manchada con la sangre de los que conquistaron para establecerse.
Todo el oro que han obtenido yace en bóvedas, pero Dios, que es la vida, la inteligencia, el por siempre jamás, es la vida que ha dado origen al oro; es el pensamiento coagulado de Dios. Así como lo son vuestros dólares; así como lo sois vosotros. No hay diferencia.
La ignorancia ha mantenido oprimido al hombre en un abyecto estado de dependencia y necesidad. Y en algún lugar allá adentro habéis marcado una división entre Dios que es espiritual y el oro que es dinero. Algunos de vosotros pensáis que de hecho hay alguna línea divisoria entre el  oro y Dios. Y si estáis dentro de los que piensan así, sois, no solamente hipócritas, sino que os estáis autodestruyendo, porque los poderosos están acumulando el oro en nombre de Dios.

Y el político hipócrita que dice que el hombre es malo si busca la riqueza, pero es divino si busca a Dios, está codiciando el oro que le dé el poder para reinar sobre los ignorantes.

Nada de eso es malo; es simple y llanamente la manera como lo
habéis prescrito.
Pero el que condena el oro, condena a Dios. Porque, ¿de dónde viene el oro? ¿De qué está hecho? ¿Qué le da la vida? No es ni siquiera el oro en sí mismo, sino la actitud que se asume ante él lo que lo ha hecho tan valioso. El oro no es malo. Todo lo que tenéis que hacer es mirar a vuestro alrededor y daros cuenta de que todo vino de Dios, y el único que controla esa realidad es el Padre que está dentro de vosotros.

Si toda vida es Dios,
Entonces vuestro oro también lo es.

¿Y qué tiene eso de malo? Vosotros lo habéis convertido en malo por medio del pensamiento limitado y la actitud que hay detrás de ese pensamiento. Y de eso trata este libro. Ya habéis oído: "Vosotros sois Dios" y "El Padre está adentro". Pero hasta ahora no os ha servido para nada, porque todavía tenéis la mano extendida para pedir, desear, necesitar. Sois infelices porque no tenéis suficiente.
¿Cuándo tenéis suficiente para estar llenos adentro? Nunca. Hay que admiraros por abordar este tema y continuar leyendo; dice mucho sobre vuestro coraje, vuestro interés en vosotros mismos y vuestras necesidades. Y si no comprendéis el legado más grande de todos y solamente queréis, no tiene nada de malo.
Tarde o temprano abrazaréis la necesidad más grande: conocer a Dios. La necesidad más grande es abrazar a Dios, vivirlo hasta que veáis que la necesidad es una limitación y que la libertad para existir en armonía con toda la vida procede de adentro.
Un maestro no deja huellas en los últimos días antes de llegar a ser Cristo. Pero por ahora, con todo el oro que llevéis puesto alrededor del cuello o el que llevéis en vuestros bolsos o billeteros, vuestras huellas están muy marcadas.                                                               *
Es importante que razonéis sobre lo que VIAJE estoy diciendo, porque todo ello, si lo razonáis, hará realidad el sueño que tenéis, porque el conocimiento, no los rituales, es iluminación, lo cual significa estar en conocimiento de.
¿Cómo reconocéis la verdad?
Cuando sacude vuestras cajas.

Cuando en un momento me despreciáis por algo que dije, pero que era dolorosamente cierto, y me amáis en el siguiente momento porque leísteis algo que os exaltó y que queríais que fuera cierto.

Así es como sabéis la verdad.
Reaccionáis ante ella.

Durante muchos años algunos de vosotros habéis oído que Dios el Padre y el Reino están dentro de vosotros, pero todavía no lo entendéis. Eso no tiene nada de malo; tarde o temprano lo asimilaréis.
Os daré una verdad muy simple y profunda.
Un sueño no hecho realidad es una limitación para llegar a ser Cristo.
Miraos a vosotros mismos: Tenéis todas esas ilusiones, sueños de lo que queréis hacer y tener. Tenéis que sentiros importantes, queréis seguridad, queréis sentiros a las mil maravillas. Vuestra lista de deseos va desde una cirugía plástica hasta poseer abundante tierra y la casa de vuestros sueños. Deseáis comida para cuatro años y la educación de los hijos pagada. Queréis almacenar todo cuanto hay, para así poder sentaros relajados a comer bizcochos con mermelada, limpiaros los dientes, mirar la puesta del sol y decir: "Aleluya".

Todas esas cosas conforman las capas del núcleo del sueño; y pensáis que el dinero está en el núcleo de vuestras necesidades. Eso es lo
que tenéis en común con todas las otras personas que leen este libro; eso es vuestra conciencia colectiva. Pensáis que el dinero es la respuesta a todas vuestras oraciones. Algunos de vosotros hasta compraríais el amor para uno o dos días con dinero.

En vuestra conciencia el sueño de no tener dinero es una limitación.

Es pensamiento limitado. Mientras ese pensamiento permanezca dentro de vosotros, nunca llegaréis a ser Cristo. Y llegar a ser Cristo es el épico destino del hombre.

"Es como si el mundo y todas
sus posibilidades estuvieran esperándonos para..."
"¿Sí?"
"Crearlas, darles vida".
"¿ Qué nos impele a crear ciertas realidades
y a descartar otras?" preguntó Valeriee.
Pensé la respuesta antes de contestar.
"No estoy seguro, pero creo que
tiene algo que ver con lo que la persona cree
que es cierto... real".
"Creo que una persona ve o 'crea'
lo que cree, o sea lo que realmente cree,
no simplemente lo que desea que sea cierto.
Muchas personas desean ser ricas.
Pero los que verdaderamente
 creen que merecen ser ricos, lo son".

El truco de la luz

Extracto del libro: Independencia Financiera


 

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